jueves, 6 de octubre de 2011

Claridad



Cerró la puerta y acto seguido se tumbó en el sofá. La noche había sido larga, pero aún así, no había conseguido lo que se proponía. Rebuscó moribunda en su bolso, y cogió una pastilla de ibuprofeno. Se la tragó, sin ni siquiera beber un vaso de agua. En su cabeza, sus pensamientos aún estaban borrosos. Recordaba que había bailado, y que entonces fue cuando llegó él. Pero, para su sorpresa, traía acompañante. Una acompañante alta y rubia, más parecida a una modelo de revista que a una persona real. En aquel momento todo su mundo se tambaleó, no estaba preparada para ese primer encuentro. Pero dos minutos después, se dio cuenta de lo equivocada que estaba pensando así. El mundo es cómo es, por muchas gamas de grises que haya, siempre se ve el más claro. Y que más tarde o temprano, se daría cuenta de lo que en realidad quería, pero para entonces, ella ya no estaría esperándole en el centro de la pista.

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