Revolución

Los últimos días me he dado cuenta de que, vivimos en una sociedad impulsada por ideales del siglo pasado. Dónde pagan justos por pecadores, dónde nadie es capaz de poner un punto intermedio, y sólo comprenden las medidas radicales. Y no se pueden consentir ambos extremos. Que los que tengan la culpa carguen con ello. Porque vivimos en el siglo XXI, no hace falta ser radicales, con un poco de coherencia y ética se podrían solucionar las cosas. Pero no, aquí imponen la ley del más fuerte. Y éstas medidas solo provocan una cosa, revolución.

Imaginar

Cuántas veces he dejado volar la imaginación a lo largo de mi vida.

De pequeña, me imaginaba que era una princesa y que vivía en un castillo, custodiado por un dragón enorme y que el príncipe, heroico y valiente, lo mataba, y subía a rescatarme.

Sin embargo, ahora siento que el dragón se ha ido, no necesito que nadie venga a rescatarme.

He aprendido a defenderme, a valerme por mí misma. A qué lo que los demás opinarán o criticaran de mi, no me importe. Porque criticar todo lo negativo en mí, no les va a hacer ser a ellos mejores personas. Ahora me gusta imaginar que estoy en cualquier lugar, una playa, una discoteca, un jardín... y llega él por detrás, para aferrarse a mí y acompañarme en el camino que aún queda por recorrer.

Desaparecer

Parece mentira que haya empezado el curso y ya quiera que sea otra vez junio. Es normal, pero ahora mismo, me encantaría llenar mi maleta de ropa, recuerdos y poco más, que fuera ligera, coger un tren, e irme a un lugar perdido del mundo, dónde te encuentras aislado del ordenador, móvil, ruidos... A levantarme por la mañana y respirar ese aire puro que abre tus pulmones, porque ningún aire es tan sano como este. Pasear por los campos, dónde los girasoles, ya están prácticamente mustios, pero que un día estuvieron en su mejor momento. Y subir al castillo, sentarme en esa piedra inmensa y contemplar el pueblo, el campo a lo lejos y su pequeña actividad. Es cierto, es un pueblo muy pequeño, sólo tiene una tienda con bar incluido, y unos 70 habitantes durante todo el año. Pero a mí, me gusta así. Bajar a la cueva a por patatas, ir con mi abuelo al campo, y por la noche, caminar por la carretera del 50, totalmente a oscuras y observar las miles de estrellas que las nubes y la contaminación no dejan ver en la ciudad. Puede que haya gente que no entienda, que para mí, este es uno de mis sitos preferidos en el mundo, a otros les parecerá un aburrimiento, una pérdida de tiempo estar en un pueblo tan pequeño y aislado, en el que casi no hay ni cobertura para el móvil. Pero a mí, me gusta así. Y desaparecer del mundo cuando quiera.

Mi lugar en el mundo

Dicen que todos tenemos un lugar en el mundo. Yo, si soy sincera, tengo varios...

Pero sin duda, la ciudad de mi vida, es Nueva York. Y he podido disfrutarla este verano, aunque pensaba que no iba a salir viva de allí. Tiene tanto encanto, todo lo que ves, te llama la atención. No puedes pasear sin embobarte viendo los rascacielos, dónde tú pareces una pequeña hormiga, dentro de esas calles. Pasear la quinta avenida, arriba y abajo, pasando por las miles y miles de tiendas que te encantan. Subir al Empire State al atardecer y observar como la ciudad más impresionante del mundo, dónde sólo se ven pequeños puntitos, a lo que tú eras antes. Un lugar de ensueño, del que te enamoras sin dudarlo. Y lo único que sé y que espero poder hacer, es formar parte de ella.

Silencio

Es curioso las de cosas que se pueden decir sin decir nada. Únicamente en silencio, puedo saber lo que piensas. Sé lo que te preocupa, sé que estás deseando irte de ese lugar, o simplemente qué es lo que te apetece en ese momento. Y con una mirada, sé si estás triste, contento, enfadado o pasando un buen rato. A través de tus ojos puedo saber qué buscas. Una pena que no pueda ayudarte a encontrarlo. Porque no es lo mismo que estoy esperando.

Final del verano

Dicen que el amor de verano es fugaz, pero, a veces, lo que comienza como un tirar puede conducir a algo serio. Un simple viaje a la playa es todo lo que se necesita para despejar nuestras mentes y abrirnos los ojos y escribir un nuevo fin para una vieja historia.
Están aquellos que se quemaron por el calor, sólo quieren olvidar y empezar de cero. Mientras que hay otros que quieren que ese momento, dure para siempre pero todo el mundo puede estar de acuerdo en una cosa: el moreno se pierde y las luces se oscurecen y todos acabamos artos de la arena en nuestros zapatos pero el fin del verano es el principio de una nueva temporada, así que, terminamos mirando hacia el futuro.