jueves, 22 de septiembre de 2011

Desaparecer

Parece mentira que haya empezado el curso y ya quiera que sea otra vez junio. Es normal, pero ahora mismo, me encantaría llenar mi maleta de ropa, recuerdos y poco más, que fuera ligera, coger un tren, e irme a un lugar perdido del mundo, dónde te encuentras aislado del ordenador, móvil, ruidos... A levantarme por la mañana y respirar ese aire puro que abre tus pulmones, porque ningún aire es tan sano como este. Pasear por los campos, dónde los girasoles, ya están prácticamente mustios, pero que un día estuvieron en su mejor momento. Y subir al castillo, sentarme en esa piedra inmensa y contemplar el pueblo, el campo a lo lejos y su pequeña actividad. Es cierto, es un pueblo muy pequeño, sólo tiene una tienda con bar incluido, y unos 70 habitantes durante todo el año. Pero a mí, me gusta así. Bajar a la cueva a por patatas, ir con mi abuelo al campo, y por la noche, caminar por la carretera del 50, totalmente a oscuras y observar las miles de estrellas que las nubes y la contaminación no dejan ver en la ciudad. Puede que haya gente que no entienda, que para mí, este es uno de mis sitos preferidos en el mundo, a otros les parecerá un aburrimiento, una pérdida de tiempo estar en un pueblo tan pequeño y aislado, en el que casi no hay ni cobertura para el móvil. Pero a mí, me gusta así. Y desaparecer del mundo cuando quiera.

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